Thursday 17 November 2022

Sufragio En Divina Voluntad

 Ofrezcamos cada día el Bello Sufragio, en Virtud de la Divina Voluntad (vol. 12-93) a las almitas del purgatorio, para ayudarlas a alcanzar su vuelo a la Bienaventuranza Eterna.


Este Bello Sufragio en Divina Voluntad sea ofrecido según la situación que acontezca, por un alma, como por todas las almas que estén pasando en este día a la eternidad y por todas las Benditas almas del purgatorio.


Sufragio En Divina Voluntad

Sufragio para el alma de ___ y por todas las Benditas almas del Purgatorio

Jesús, entro en Tu Querer Divino; tomo tu Poder, la inmensidad de tu Amor, el valor inmenso de Tus penas y cualidades Divinas para derramar todo sobre el alma de tu hijo/a ________ y por todas las Benditas almas del Purgatorio; por quienes Te doy la Gloria, Honor, Honra y amor Divino que quizá te hubieran querido dar en su vida y no te dieron.

En tu Voluntad su alma reciba, este baño del amor que contiene Tu Poder Divino, Tu belleza, Tu Preciosísima Sangre y todas Tus cualidades Divinas.

Fiat Divina Voluntad

Efectos de un sufragio. Participación en las penas que la Divinidad dio a la Humanidad de Jesús. Primera alma estigmatizada en el Querer Divino.

 12-93

Marzo 14, 1919

Efectos de un sufragio. Participación en las penas

que la Divinidad dio a la Humanidad de Jesús.

Primera alma estigmatizada en el Querer Divino.


(1) Mientras me encontraba en mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma y

veía a mi confesor difunto; un pensamiento me ha pasado por la mente: “Pregunta si aquello

que no has dicho al confesor estás obligada a decirlo, y por tanto a escribirlo o no”. Yo le he

preguntado diciéndole qué cosa era y él me ha dicho:

(2) “Ciertamente estás obligada”.

(3) Después ha agregado: “Tú una vez me hiciste un bello sufragio, si supieras el bien que

me hiciste, el refrigerio que sentí, los años que desconté”.

(4) Y yo: “No recuerdo, dime cuál fue y te lo repito”.

(5) Y él: “Entraste en el Querer Divino y tomaste su poder, la inmensidad de su amor, el

valor inmenso de las penas del Hijo de Dios y de todas las cualidades divinas, luego viniste y

todo lo derramaste sobre mí, y conforme tú me lo derramabas, yo recibía el baño del amor que

contiene el poder divino, el baño de la belleza, el baño de la sangre de Jesús y de todas las

Volumen 12

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cualidades divinas; ¿quién te puede decir el bien que me hiciste? Todos eran baños que

contenían un poder y una inmensidad divina; repítemelo, repítemelo”.

(6) Mientras esto decía me he encontrado en mí misma. Ahora, para obedecer y con suma

confusión y repugnancia digo lo que había dejado de decir y escribir: Recuerdo que un día mi

dulce Jesús, hablándome de su Santísimo Querer y de las penas que la Divinidad hacía sufrir

a su santísima Humanidad en su Voluntad, me dijo:

(7) “Hija mía, como te he escogido por primera para hacer vida en mi Querer, quiero que

también tomes parte en las penas que recibía mi Humanidad de mi Divinidad en mi Voluntad.

Cada vez que entres en mi Querer encontrarás las penas que me dio la Divinidad, no las que

me dieron las criaturas, si bien también queridas por la Voluntad Eterna, pero como me las

dieron las criaturas, eran en modo finito. Por eso te quiero en mi Querer, donde encontrarás

penas en modo infinito e innumerables, tendrás clavos sin número, múltiples coronas de

espinas, muertes repetidas, penas sin termino, todas similares a las mías, en modo divino e

inmensas, que se extenderán en modo infinito a todos, pasados, presentes y futuros; serás la

primera que no numeradas veces, como las que participan en las llagas de mi Humanidad,

sino tantas veces por cuantas me hizo sufrir mi Divinidad, junto Conmigo serás el corderito

sacrificado por las manos de mi Padre, para resurgir y ser sacrificada de nuevo; quedarás

crucificada Conmigo por las manos eternas, para recibir en ti la marca de las penas eternas,

inmensas y divinas; nos presentaremos juntos ante el trono del Eterno, y en nuestra frente

escrito con caracteres imborrables: “Queremos muerte para dar vida a nuestros hermanos,

queremos penas para librarlos de las penas eternas”. ¿No estás contenta por ello?”

(8) Y yo: “Jesús, Jesús, me siento demasiado indigna, creo que es un gran error tuyo el

elegirme a mí, pobrecilla, por eso fíjate bien en lo que haces”. Y Jesús interrumpiendo mi

hablar ha agregado:

(9) “¿Por qué temes? Sí, sí, me he fijado por más de treinta y dos años de cama en la que

te he tenido, te he expuesto a muchas pruebas y aún a la muerte; he calculado todo y además,

si me equivoco sería una equivocación de tu Jesús, que jamás podría hacerte mal, sino un

bien inmenso; pero has de saber que tendré el honor, la gloria de la primera alma

estigmatizada en mi Querer”.