Monday 19 November 2018

Rosario por los difuntos – Martes y Viernes / Misterios Dolorosos





Rosario por los difuntos

El rezo Rosario por los difuntos – Martes y Viernes / Misterios Dolorosos del Santo Rosario por los difuntos para los días Martes y Viernes (Misterios Dolorosos).
“Y, porque consideró que aquellos que se han dormido en Dios tienen gran gracia en ellos. Es, por lo tanto, un pensamiento sagrado y saludable orar por los muertos, que ellos pueden ser librados de los pecados” (2 Mac. 12,43-46).

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

V: Ave María Purísima
R: Sin pecado concebida

V: Abre Señor mis labios
R: Y mi boca proclamara tu alabanza
V: Dios mio ven en mi auxilio
R: Señor apresúrate en socorrerme.
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.

Ofrecimiento del Rosario
Dios Padre Todopoderoso, apoyados en nuestra fe que proclama la vida, muerte, pasión y resurrección de tu Hijo Jesucristo, te ofrecemos este Santo Rosario por nuestro(a) hermano(a) _____ y te pedimos, que así como ha participado ya de la muerte de Jesucristo que también llegue a participar de la alegría de la gloriosa resurrección.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

¡Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina del Santo Rosario! Fiados en vuestra bondad nos acercamos a Vos, para honrar vuestro nombre y consolar nuestras almas.
María con solo nombrarte mi alma recibe alegría, con la esperanza que tengo de verte en mi compañía , del arca testamento y de la paz alegría, con el nombre de María empezamos el Padre Nuestro.

Padre Nuestro:
Rezar el Credo:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Primer Misterio: La agonía de Jesús en Getsemaní

Aunque Jesús era Hijo de Dios, sintió la necesidad de prepararse a la muerte mediante la oración. Es precisamente en la oración donde Jesús encuentra la fuerza para enfrentarse con valor a los sufrimientos. Es un ejemplo para nosotros. No podremos superar las distintas pruebas de la vida si no tenemos la costumbre de orar. En realidad la oración es la fuerza del cristiano.
¡Oh dolorosísima Madre de Jesús!, quien, despedido y apartado de tu compañía, oró con mortales agonías en el huerto, donde por un ángel fue confortado!, este Misterio te lo ofrecemos, para que por tu intercesión nuestro(a) hermano(a) _____ y aquellos que están en el purgatorio, sean confortados por Jesucristo en sus penas.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:         
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.
Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido por tu pasión dolorosa.


Segundo Misterio: La Flagelación

En nuestra vida buscamos siempre las comodidades. Y, muchas veces, para conseguir más satisfacciones, nos olvidamos de la Ley de Dios. Jesús tuvo que pagar todos estos pecados mediante la flagelación, que transformó toda su espalda en una inmensa llaga.
¡Oh, María, mar de dolores!, este Misterio te lo ofrecemos en memoria del inmenso dolor que tuviste, viendo desnudo y azotado cruelmente al Hijo de tus entrañas; por Él te suplicamos que intercedas para que nuestro(a) hermano(a) _____ y todos aquellos que se encuentran en el Purgatorio, sean liberados de sus sufrimientos.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Padre Nuestro:
Avemarías:         
Rezar el Gloria:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido por tu pasión dolorosa.

Tercer Misterio: La Corona de espinas

El orgullo ha sido siempre la causa de muchos pecados. Para pagar nuestros pecados de orgullo, Jesús aceptó la humillación de ser coronado con espinas, como un rey de burlas. Si queremos vivir como verdaderos cristianos, tenemos que luchar en contra del orgullo y la soberbia. ¡Cuántos pleitos y cuántos rencores se pueden evitar mediante la humildad!
¡Oh, María, rosa entre espinas!, este Misterio te lo ofrecemos en desagravio por el dolor que tuviste viendo a tu Hijo, afectado y coronado de espinas; te suplicamos que, por este dolor, nuestro(a) hermano(a) _____ y los que se encuentran en el purgatorio, sean, por tu intercesión, libres de las penas que padecen y coronados en la Gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Padre Nuestro:
Avemarías:         
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.
Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido por tu pasión dolorosa.

Cuarto Misterio: Con la Cruz a cuestas

Por amor a nosotros Jesús cargó con la cruz y subió al Calvario. En lugar de juzgar y condenar a los demás, tenemos que hacer el esfuerzo por soportar sus defectos y ayudarlos a superarse. Sólo así imitaremos a Jesús.

¡Oh, María, traspasada de dolor en la calle de la amargura, por encontrar en ella a tu inocente Hijo, sentenciado a muerte y agobiado con el grave peso de la cruz!, este Misterio te lo ofrecemos suplicándote que nuestro(a) hermano(a) _____ y aquellos que están en el purgatorio, por tus ruegos ante Jesucristo, sean libres de la cruz de penas que padecen.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:         
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.
Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido por tu pasión dolorosa.

Quinto Misterio: Crucifixión y muerte de Jesús


“No existe amor más grande que éste: dar la vida por los amigos” (Juan 15, 13-15), había dicho Jesús. Y lo prueba sufriendo y muriendo por nosotros en la cruz. Jesús nos dejó la prueba más grande de su amor. Ahora depende de nosotros saber aprovechar este amor, renunciando a nuestra vida de pecado y tratando de empezar una nueva vida.
¡Oh desconsolada Reina, afligida Madre, desamparada Virgen!, este Misterio te lo ofrecemos para que intercedas ante tu Hijo, que nos redimió con su muerte, a fin de que nuestro(a) hermano(a) _____ y todos aquellos que están purificándose en el purgatorio se vean aliviados por Su sangre.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:         
Rezar el Gloria:
Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.
Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido por tu pasión dolorosa.

Friday 2 November 2018

ROSARIO DE LOS CIEN RÉQUIEM POR LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

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Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo †, y del Espíritu Santo. Amén.

Antífona: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego eterno de tu amor.
℣. Envía Señor tu Espíritu y todo será creado.
℟. Y renovarás la faz de la tierra.
  
Oremos:
Oh Dios, que instruiste los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo, concédenos que animados y guiados por este mismo Espíritu, aprendamos a obrar rectamente siempre y gocemos de la dulzura del bien y de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor. ℟. Amén.
  
Se comienza con la siguiente oración:
Almas santas, almas pacientes, almas cautivas, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogamos por vosotras para que el Señor os saque de penas y os dé su gloria. Amén.
  
En las cuentas grandes: Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

En las cuentas chicas (10 veces), el Réquiem:
℣. Dales, Señor el descanso eterno.
℟. Y brille para ellos la luz perpetua.

Terminada la primera decena, realizar las siguientes invocaciones:
Almas santas, almas pacientes, almas cautivas, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogamos por vosotras para que el Señor os saque de penas y os dé su gloria. Amén.

Padre Eterno, os ofrecemos la Sangre, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por la remisión de nuestros pecados, la libertad de las Almas del Purgatorio y la conversión de los pecadores. Amen.

Se sigue el rosario con la siguiente cuenta grande, las diez cuentas chicas y las invocaciones hasta completar 10 decenas, es decir los 100 Réquiem.

Se finaliza con el Salmo 129 (“De Profúndis”), y un Réquiem.
  
SALMO 129 (“De Profúndis”)
   
Desde lo más profundo clamé a ti, oh Señor.
Oye, Señor, benignamente mi voz. Estén atentos tus oídos a la voz de mis plegarias.
Si te pones a examinar, Señor, nuestras maldades, ¿quién podrá subsistir, oh Señor, en tu presencia?
Mas en ti se halla como de asiento la clemencia: y en vista de tu Ley he confiado en ti, oh Señor.
En la promesa del Señor se ha apoyado mi alma: En el Señor ha puesto su esperanza.
Desde el amanecer hasta la noche espere Israel en el Señor.
Porque en el Señor está la misericordia, y en su mano tiene una redención abundantísima.
Y él es el que redimirá a Israel de todas sus iniquidades.
℣. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espirítu Santo.
℟. Como era en el princípio, y ahora, y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
  
℣. Dales, Señor el descanso eterno.
℟. Y brille para ellos la luz perpetua.
   
ORACIÓN
Oh Dios, Creador y Redentor de todos los hombres, conceded a las almas de vuestros servidores y servidoras, la remisión de todos sus pecados, a fin de que obtengan por nuestras humildísimas oraciones el perdón que ellas siempre han deseado. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.
  
Acto seguido, la siguiente jaculatoria:
℣. De las puertas del Infierno.
℟. Libra, Señor, sus almas.
   
℣. Descansen en paz.
℟. Amén.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

El Santo Padre León XIII concedió 50 días de indulgencia por cada Réquiem. Así mismo, el Santo Padre Clemente XII dio 100 días de indulgencia por el rezo del salmo “De profúndis” y el Réquiem; e indulgencia plenaria si se reza durante un año, bajo las condiciones de rigor